Marijuan y sus mujeres

on lunes, 21 de octubre de 2013



Se rumorea que la vida de Marijuan no es nada sencilla… Divorciado y con dos hijas, se dice que el Fiscal “Guille” Marijuán -como lo llaman sus íntimos- pasa sus días intentando repartir su tiempo entre los reclamos y pedidos de atención de sus hijas adolescentes y los reclamos de su novia Ida Carolina, cuya relación aún se mantiene oculta a pesar de sus años de duración…
Cuentan las malas lenguas que las adolescentes nada quieren saber con la idea de tener una “madrastra” y que, escenas de escándalos mediante por parte de ellas, el pobre Guille -siempre entre la espada y la pared-  se debate a diario su amor hacia las jovencitas que le exigen a su padre tiempo, atención, dinero y amor exclusivo (y a quienes Guille responde sin escatimar en viajes, regalos y tiempo) y su novia, a quien le ha tocado llevarse la peor parte: un triste segundo lugar en el podio  y, como si fuera poco, condenado a la clandestinidad.
Por ahora podríamos decir -sin temor a equivocarnos- que a la pulseada la vienen ganado las hijas del Fiscal.
La pregunta es ¿por qué Guille no presenta a su novia en sociedad? ¿Por qué la mantiene celosamente guardada, en el más oculto secreto? ¿Son realmente las hijas el escollo principal, su negativa a compartir a su padre, a siquiera imaginar la posibilidad de un nuevo hermanito? ¿O será que su novia, la abogada Ida Carolina Diz, es nada más ni nada menos que su secretaria y teme las repercusiones de la relación prohibida?
Hasta ahora Ida Carolina se habría contentado con el hecho de haber saltado de auxiliar a secretaria -léase: del cargo más bajo al más alto- en un abrir y cerrar de ojos pero… ¿Hasta cuándo? Los años pasan y llega un punto donde no hay sueldo, viaje o regalo que disimule el trago amargo que implica ocupar el segundo (o tercer) lugar…
Es por ello que cuando se lo ve caminar por los pasillos de Comodoro Py, afligido y apesadumbrado, lejos de estarlo por las causa de Báez, JP Morgan o las supuestas amenazas que alguna vez recibió, se debe en realidad a la imposibilidad de resolver tanta demanda de tiempo, atención y dinero de parte de sus mujeres…
Nunca se hubiera imaginado, Marijuán, ni en sus más locos sueños de juventud, que con su poco más de metro sesenta de estatura, tres mujeres lo estarían reclamando y asediando por su amor casi-exclusivo. Hoy, más que un sueño, se ha convertido en una pesadilla…
Guille Marijuán, quien lo hubiera dicho, un hombre subyugado, sometido, tironeado, presionado que no logra resolver el dilema de su vida: tres mujeres batiéndose a duelo por él.

Una historia de pasiones, reclamos, amores tiranos, exclusivos, demandantes… Una historia de peleas, celos… amores ocultos, clandestinos, mezclados con lavado de dinero, aliados y enemigos políticos, viajes y poder… Un hombre que pivotea entre el amor adolescente de sus hijas y el amor clandestino, siempre al borde del despecho, de su secretaria y secreta-novia…

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